PROLOGO, RESEÑA Y SOLAPA DE FERNANDO ALBERTO GARCIA AL“DICCIONARIO DEL NUEVO HUMANISMO”, Ediciones León Alado, España, 2014.

PRÓLOGO A ESTA EDICIÓN
El lector que se acerca por vez primera a la obra literaria de Silo a través de alguno de sus escritos, sin leer otros, puede quedar con una impresión engañosa. El carácter seminal de cada una de sus obras sugiere tal vez un autor dedicado exclusivamente al tema tratado, cuando de hecho el conjunto de sus escritos evidencia su espíritu “leonardesco”.
La multifacética obra de Silo –que excede ampliamente lo literario- es como un gran cuerpo celeste que, al ir girando en el espacio, va revelando distintas zonas de su variada geografía a la luz de “su estrella”. Sin embargo, esa diversidad no es incoherente sino parte integral del mismo, como en un ecosistema. La diversidad en el planeta Silo es iluminada por su estrella, un leitmotiv fuerte y claro: Humanizar la tierra.
Ahí podemos descubrir a Silo en sus facetas de pensador político y social, de filósofo no sistemático, de revolucionario de la no violencia, de padre de una nueva psicología, de literato versátil, de historiólogo, y mucho más; pero quizá, y en definitiva, de guía espiritual universal para el nuevo mundo que está amaneciendo.
Silo funda el Movimiento Humanista en 1969 para impulsarlo durante décadas, y este se despliega rápidamente con adherentes en los cinco continentes. Es como si realizara la conocida frase de Marx: "Los filósofos no han hecho más que interpretar el mundo, se trata ahora de transformarlo", pero llevándola hasta sus últimas consecuencias. En pos de esa transformación que hoy urge, no bastan ya los maestros, sino que son necesarios los guías. Así, para Silo, “mundo” no es solo ese “ahí-afuera”, sino también y esencialmente, el “mundo” que cada ser humano construye en su subjetividad, lo comparte con otros, y luego proyecta en lo social. “Mundo” no es solo economía, sino que es mucho más y más importante que esta. Entonces en Silo se integra de manera brillante el cambio social con el cambio personal; la razón con la espiritualidad; la agudeza intelectual con la acción social. En suma, las fuerzas de la cabeza, del corazón y de la acción, armonizadas y convergiendo con sentido trascendente.
Los innumerables amigos que compartimos su obra desde sus inicios, damos fe de que en su persona se encarnaba y exaltaba esa inusual combinación de sabiduría, bondad y fortaleza de espíritu. Pero ahora sigamos adelante, ya que no es esta la oportunidad apropiada para hacer justicia a la envergadura de su personalidad y su obra.
El humanismo ya estaba presente en la obra de Silo desde sus mismos orígenes. Sin embargo, es en un cierto momento de su desarrollo cuando resulta oportuno plasmarlo en ciertos escritos, con términos claros y concisos que resulten de fácil comunicación al número siempre creciente de adherentes al pensamiento del autor. Esto da lugar a nuevas y diversas obras, entre las que se encuentra la que aquí presentamos.
Así, este escrito se sitúa en un momento en el que la obra del autor ya se había desplegado por todo el mundo, gozando de un reconocimiento universal. Un indicador de esto, entre otros muchos y más importantes, es que Silo fuera distinguido en 1993 con el título de Doctor Honoris Causa otorgado por la Academia de Ciencias de Rusia.
El ideario general del Nuevo Humanismo, también llamado Humanismo Universalista, está plasmado en el Documento del Movimiento Humanista, que se encuentra en la sexta de sus Cartas a mis amigos (Sobre la crisis social y personal en el momento actual), publicada el 5 de abril de 1993, e incluida en Obras Completas - Volumen I. En este mismo volumen, este ideario general es ampliado con sus otras Cartas y sus conferencias.
La obra de Silo que aquí presentamos es un excelente complemento del Documento del Movimiento Humanista antes citado. Esta aparece originalmente en 1994 con el título Algunos términos de uso frecuente en el Humanismo. En 1996 se publica ampliada considerablemente con el título definitivo: Diccionario del Nuevo Humanismo. Poco después, hacia 1999, es revisada para su inclusión entre sus Obras Completas - Volumen II, publicado en 2002.
Citando este mismo Diccionario, “El Nuevo Humanismo se caracteriza por destacar la actitud humanista. Dicha actitud no es una filosofía sino una perspectiva, una sensibilidad y un modo de vivir la relación con los otros seres humanos”.
Más aún, se explica que: “La actitud humanista ya estaba presente antes del acuñamiento de palabras como ’humanismo’, ’humanista’ y otras cuantas del género. En lo referente a la actitud mencionada, es posición común de los humanistas de las distintas culturas: 1. la ubicación del ser humano como valor y preocupación central; 2. la afirmación de la igualdad de todos los seres humanos; 3. el reconocimiento de la diversidad personal y cultural; 4. la tendencia al desarrollo del conocimiento por encima de lo aceptado o impuesto como verdad absoluta; 5. la afirmación de la libertad de ideas y creencias y 6. el repudio a la violencia.
La actitud humanista, fuera de todo planteamiento teórico, puede ser comprendida como una ’sensibilidad’, como un emplazamiento frente al mundo humano en el que se reconoce la intención y la libertad en otros, y en el que se asumen compromisos de lucha no violenta contra la discriminación y la violencia”.
Al hablar de un “nuevo” humanismo se está fijando una posición histórica. Las del mundo de hoy no son las mismas preocupaciones de otros humanismos, pasados o presentes. La complejidad de nuestros tiempos presenta situaciones inéditas, con desafíos que exigen respuestas diferentes a las de antaño. Por ejemplo, la estrecha relación entre el cambio social y el cambio personal. Por consecuencia, se trata ahora de plantear un nuevo humanismo que, aun reconociendo los aportes realizados por otros en distintos tiempos y culturas, sea idóneo para el nuevo mundo y el nuevo ser humano que están emergiendo.
Se distingue también como humanismo “universalista” porque, como actitud universal del ser humano, es liberado de ataduras geográficas, epocales o culturales, ya que dicha actitud es fácilmente rastreable a través de toda la historia y en cualquier lugar del mundo.
Contrastando con lo anterior, en la primera mitad del siglo pasado hubo algunos filósofos y pensadores que retomaron el tema del humanismo, pero lo consideraron una filosofía. Tuvieron su mérito en destacar el tema; sin embargo, eso creó enormes problemas de orden teórico y práctico que perduran hasta el día de hoy. El caso que nos ocupa se desvincula de tales intentos, y se basa en el ser humano puesto en su situación actual y su experiencia de un sentido trascendente de vida, definiendo así el Nuevo Humanismo como actitud, como perspectiva, como sensibilidad y un determinado modo de vivir la relación con los otros seres humanos. No se trata de un humanismo académico o especulativo. No pretende estas credenciales, sino su adopción como estilo de vida de individuos y pueblos. Se trata de una decidida acción humanizadora para con uno mismo y con los demás, vivida como una acuciante necesidad existencial, de carácter social y personal.
Esto no quita que, de dicha acción humanizadora, se deriven de la actitud humanista profundos análisis y propuestas en los distintos campos del quehacer humano, con una debida rigurosidad intelectual: todo lo contrario. Precisamente, este Diccionario ha mantenido a través de los años una presencia constante en incontables materiales de trabajo, documentos, conferencias y libros que ha producido el Movimiento Humanista. Siempre resulta un material de consulta confiable, veloz y eficaz desde el que partir para reflexionar sobre un tema, para citarlo como apoyo conceptual, o bien para ampliar los conceptos que en él se expresan de manera sucinta.
Así, encontramos su contenido referencial expresado, de una manera u otra, en la bibliografía de todos los organismos y demás agrupaciones que forman parte del Movimiento Humanista; a saber, La Comunidad (para el desarrollo humano), Convergencia de las Culturas, Mundo sin Guerras y sin Violencia, Centro Mundial de Estudios Humanistas, y el Partido Humanista.
Asimismo, encontramos esos ideales y propuestas fundamentales del Nuevo Humanismo incorporados en esa nueva espiritualidad que Silo dio a conocer como El Mensaje de Silo. En sus propias palabras: Esos seis puntos del Humanismo constituyen para nosotros, mensajeros de un nuevo espíritu, la base de nuestra doctrina social y de nuestro compromiso de acción en el mundo”.
De hecho, a la hora de fijar posiciones claras con respecto a los temas generales y específicos que aborda el Movimiento Humanista, se hace necesario disponer de una solidez doctrinaria e ideológica que permita distinguir la actitud y valores humanistas de sus inversos; es decir, la actitud antihumanista y sus antivalores. De manera que el militante cabal usa el Diccionario como una herramienta para su propio esclarecimiento, y así perfeccionar su pensamiento y acción como humanista.
Esto no es de poca importancia ya que, en tiempos de crisis y desestructuración como el actual, el sistema deshumanizante promueve con fuerza sugestiva sus ideologemas que pretenden representar la realidad misma. Sin embargo, dan así falsas referencias y prometen soluciones ilusorias, inscribiéndose de hecho en el campo del antihumanismo o bien del humanismo ingenuo. Su influencia no se basa en su bondad, sino en que aprovechan la vulnerabilidad mental y emocional de las poblaciones en crisis. Ante esto, la propuesta humanista no se hace eco involuntario de aquel canto de sirena, sino que mantiene y profundiza esa vocación referencial con la que surgió.
Por otra parte, en la relación entre los mismos humanistas surge la necesidad de tener puntos en común firmes en base a los cuales seguir fijando posiciones claras, desarrollando su propuesta y coordinando su acción en el mundo. Una cabal comprensión de los documentos fundamentales del Movimiento Humanista, como el que prologamos, se constituye en condición insalvable para lograr los puntos de convergencia de esa enorme diversidad cohesionada por la propuesta humanizadora.
Este título tiene una singularidad que lo distingue del resto de los escritos de Silo, ya que ha sido realizado también con el aporte de selectos colaboradores. Su carácter de obra conjunta, abre la posibilidad de seguir ampliándolo como tal, hasta constituir en el futuro una verdadera Enciclopedia del Nuevo Humanismo. Nos lo auguramos, ya que el autor mismo señaló que este trabajo era solo un inicio, y que sería oportuno ampliarlo y proporcionarlo –por ejemplo- con otros aspectos de esta novedosa corriente de pensamiento más allá de la politicología (como pudiera ser, entre otros, la psicología social). También es necesario balancear el humanismo occidental con otras formas de humanismo, igualmente ricas, que se encuentran en las más diversas culturas, de manera que exprese el carácter universalista que distingue al Nuevo Humanismo.
Este trabajo ya está en marcha; de modo que, mientras tanto, invitamos a los lectores a disfrutar ahora de este notable escrito que está en sus manos.

Fernando Alberto García
Parques de Estudio y Reflexión Punta de Vacas,
Septiembre, 2014.





RESEÑA CONTRAPORTADA

Han existido y existen diversos humanismos. Sin embargo, no todos pusieron al ser humano como valor central; y no todos lograron pasar de su planteo teórico para convertirse en una pujante fuerza social de cambio y una corriente de pensamiento mundial. Este es el caso excepcional del Nuevo Humanismo, también llamado Humanismo Universalista. La potencia de esta novedosa propuesta se convierte en Movimiento Humanista, presente en los cinco continentes con su acción social, política, cultural, ecológica y mucho más. Da fe de ello, por ejemplo, la Marcha Mundial por la Paz y la No Violencia realizada en el año 2009.
Este escrito tiene la fuerza de aquellas obras seminales que inspiran y fructifican en incontables nuevas producciones y acciones. En el Nuevo Humanismo se conjugan sin contradicción el cambio social con el cambio personal; la crítica al mundo deshumanizante, pero también la propuesta constructiva; y se pone como paradigma la convergencia de la diversidad en lugar de la vieja sensibilidad dialéctica y excluyente.
Este es uno de los materiales de referencia insoslayables para quienes deseen conocer los fundamentos y propuestas de esta corriente de opinión, que ofrece una alternativa viable y positiva para el nuevo mundo que está emergiendo de la crisis actual.

SOLAPA SOBRE SILO

El autor latinoamericano, conocido mundialmente por su seudónimo Silo, es el fundador del Movimiento Humanista que surgió en 1969 a los pies del Monte Aconcagua, cerca de la frontera entre Argentina y Chile. Su obra escrita, amplia y diversa, ha sido publicada en diversos idiomas y países.
En ella podemos descubrir a Silo en sus múltiples facetas de pensador político y social, de filósofo no sistemático, de revolucionario de la no violencia, de padre de una nueva psicología, de literato versátil, de historiólogo, y mucho más; pero quizá, y en definitiva, de guía espiritual universal para el nuevo mundo que está amaneciendo.
Podemos afirmar que nos encontramos ante una de las mentes más brillantes tanto en la percepción del cambio epocal en curso, como en su calidad de heraldo y referencia del mundo que se vislumbra.
Para una mayor información sobre su figura, sugerimos visitar el sitio http://silo.net donde el lector podrá contar con textos fidedignos, material audiovisual, y demás referencias de seguro interés.


1 comentario:

  1. Excelente prologo: esclarecedor, potente y claro. Gracias por tu valioso aporte.
    P.F.A.
    Gabriel

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